lunes, 24 de octubre de 2016

En cama de amor.

Llevaba más de una semana sin apenas mover ni un dedo, tumbado en su cama, sudando, temblando tiritante. Enfermo. "¡Me tiene en cama de amor!", gritaba asustado, a la vez que enfurecido, enfadado. Se estaba enamorando y su cuerpo a ello no estaba acostumbrado. Pronto le empezarían a salir aquellas sublimes  alas blancas. "¡No quiero volar, no si ella no viene conmigo!",volvía a gritar al aire. Pero sabía que terminaría por fluir y elevarse por los cielos. Conocía las consecuencias, y era pues, que muchos surcaban muy alto y tras ello la caída era catastrófica. Muchos quedaban en el suelo y jamás podían levantarse. Aun así, él aquello aun podría resistir, pero su amada quedaba callada. Ella tenía sus alas desplumadas y una caída más no la superaba. "No importa mi amor, por ti me corto las alas, no quiero volar si con ello serás dañada". Ella le miraba acobardada, realmente estaba atemorizada, sin embargo, valerosa demostró su valentía. Rápidamente ella respondía "Hazme volar, no me importa como pero llévame contigo aunque fallen mis alas, quiero estar en lo más alto del cielo, que las nubes sean nuestras almohadas". Él conocía sus miedos, mas sabía que valiente y audaz estaba siendo pese al vértigo que aterrorizaba su ser. Era consciente de la posibilidad de que huyera despavorida. Así él la tranquilizaba mientras decía "no vengas al viaje, tu no eres mía y daño hacerte no podría". Pero ella se contradecía, con fuerzas resistía, pues aquello sería algo mágico y divertido.
-Yo no quiero moverme de esta cama, vida mía, no es necesario si basta con mirarte para que sea mágico y besarte para que sea divertido.

(Finalmente, ambos se escaparon en zeppelin).

domingo, 23 de octubre de 2016

Dentro de la Luna viven escondidos dos amantes.

Dentro de la Luna viven escondidos dos amantes. Alejados de todo ruido inoportuno, alejados del mundo y su infortunio. No existe el dolor, no existe la pena. No existe el dinero, ni existe la miseria. Existen ellos. Existen ambos. Allí el tiempo es eterno, sin ninguna relatividad. Nada es efímero, pues nada cambia. Todo permanece constante, continuo. Es un lapso incesante e ininterrumpido, el cual da vida a un amor persistente y prolongado.
Dentro de la Luna viven escondidos dos amantes. Dos individuos olvidados en la inmensidad de la galaxia. Pero no importa, pues tampoco quisieran ser recordados. No desean dejar rastros de sus vidas. Pequeños ignorantes en la Tierra, creen que la luna brilla gracias a la luz del sol. No saben que lo que brilla son sus noches de pasión. Brilla gracias a un amor verdadero, gracias al cariño verídico, la sincera ternura, la adoración perfecta y apropiada.
Dentro de la Luna viven escondidos dos amantes. Desde allí, observan juntos como cual obra de arte la enigmática mancha de Júpiter mientras brillantes faros de quasars los iluminan desde los confines nunca hallados del universo. Pero entre tanto esplendor tan sumamente sublime, y tanta divinidad, él nunca jamás olvidará la finura, gracia y hermosura de las curvas de su amante, tan delicadas como los cráteres de la Luna. Y es pues, que de todas las estrellas, ella era la más bella.
Dentro de la Luna viven escondidos dos amantes. A los cuales no les hace falta trajes de boda, ni cura ni iglesia que los case. No quieren promesas inciertas. ¿Para qué querer anillo de enlace? Si no existe mayor linaje que presumir de tener, únicamente para ellos los anillos de Saturno.

Dentro de la Luna viven escondidos dos amantes, que vestidos con trajes de rayos de sol, bailan un vals al compás de las estrellas fugaces.


domingo, 16 de octubre de 2016

"Se libre, pajarito" dijiste haciéndome batir mis alas.

No, no necesito tu permiso.
No necesito el permiso de nadie para ser libre.
Lo soy, por condición.
Nunca te daré la razón
pues soy maestra en contradicción.
Pero voy a surcar por el azul de tus ojos,
por ambición.
Lo haré por pura pasión.

No se me ocurre mejor cielo que aquel que contenga tus pupilas.

Enamorirse.
No es enamorarse, pues esto duele más.
Dulce y rota alma mía
que por tus ojos no deja de soñar.
Y es pues, como atardecer inacabado.
Como agua marina por la que navegar.

¿Libre dices? Libre me siento ante tu mirar.


domingo, 2 de octubre de 2016

Un pirata con barco de papel.

«Yo no escribo con la mente, escribo con el corazón» me dijo, llamándome la atención, así de nuevo la inspiración me contó otra función:

Él soñaba con ser pirata. Ella ansiaba navegar por sus ojos. Que le den al mar que quiera acunar aquel barco a su antojo.
Y mientras zarpaba el barco decía, «yo no aspiro a ser un gran artista». Cerraba los ojos ante su musa, sin darse cuenta que el barco era de papel y el cielo que respiraban: azul acuoso cual acuarela. Mas, no había más que ver el camarote, repleto de perfectas representaciones de la dama. Tallas de mármol de todos los tipos hayados e incluso nunca vistos. Grandes pinturas al óleo de su Venus semi desnuda. Láminas por ahí tiradas, en acuarelas, lapices, pasteles, tinta china, acrílico, carboncillo, grafito... Aquél camarote parecía el estudio de un psicópata finalmente enloquecido por la búsqueda de la perfección efímera a la vez que eterna.
Ella se acercaba a la proa a tomar el sol en cueros. Él, a su lado, sin cesar de dibujar, a veces pensaba que hasta el sol se paraba a mirar.
Después bajaban de nuevo, solo observaban las obras, sin mover ni un dedo, para juntos, deleitar bajo el arte más sincero.