domingo, 30 de abril de 2017

Sin musa.

Yo solía escribir. Solía evadirme del mundo feroz que me acechaba. Solía llegar al trance con las letras. Solía expulsar los sentimientos que machacaban mis entrañas. Solía exponer mi corazón palpitante a un público desinteresado. Solía, hasta que asesinaron a mi musa de un tiro. 
Ahora la soledad me inunda en sentimientos marchitos e irritantes. Me duele el pecho pues tanto que guardo no me cabe. Mi cuerpo es demasiado menudo para cargar con tantas injusticias y falsedades. Las lagrimas vuelven a brotar de mis ojos impacientes de ternura. La piel se me volvió dura como una coraza, pero el interior pronto revienta de sensaciones malditas. Odio guardo a la vida. 
Tiempo no me queda para respirar. Tiempo me falta para amar. Tiempo necesito para vivir. Pero me asfixio en una habitación a oscuras. Perdida entre lamentos y errores. Perdida en el tiempo que perdí. 
Así, sin musa, asesinada a traición por la persona que más amo, desangro yo sola, desolación. Buscando consuelo en el reloj, pero las horas nunca me dan la razón. Aislada siento perder la cabeza. Soy toda una torpeza. Volveré a errar mil veces, volveré a llorar mil y una más.