jueves, 19 de abril de 2018

Ahora soy libre, odiame.

Solo me inspiras odio, rabia y asco al mirarte a los ojos. Esos ojos verdes, que un día provocaban la esperanza de una vida bella a tu lado. Hoy solo veo suciedad en ellos. Tan verdes que únicamente me recuerdan a ese deporte que practicas mientras asesinas y desgarras con tus propias manos la piel de todo animalillo inofensivo que pasea feliz en el campo. Porque ese eres tú. Un asesino de inocencia. El creador de mi desfachatez.
¡Asco! Y ganas de escupirte en la frente me dan cada vez que oigo tus gritos en mi cabeza, explicándome lo puta que soy. Pero que orgullosa me siento, de tirarme a cualquiera que no tenga tu sucias manos en mi cintura.
Mírame, ahora soy libre, odiame. Pena me dan todos los jilgueros que mantienes secuestrados en el desván. Pena me produce que no puedan escapar de tí. Porque eres un monstruo que destruye toda vida que cae a su paso.
Me jodiste mi niñez con tus putas manipulaciones, me jodiste la risa con el llanto que provocaban esos cristales rotos de los vasos de tus cubatas, esos que me tirabas a la cara y que por suerte y por borracho nunca me daban. Me jodiste la persona creyéndome nadie sin tí, y el corazón quedó confuso y dependiente del tic tac de otros. Tú me hiciste sentir la mayor soledad que la luna habita.
Pero ahora me tengo, me reencontré más fuerte que nunca, vuelvo con la cabeza tan alta que ni tú aprendiendo escalada lograrías alcanzarla.
No voy a desearte lo peor, eso ya lo eres.

No hay comentarios:

Publicar un comentario