domingo, 5 de junio de 2016

Sigues siendo Rey aunque no quede reino.

Ahora descubrí tu magia chamaquito, ahora se que nada es un mito. Descubrí como mantener esa alegría permanente independientemente a la maldad de la gente. Me hiciste a prueba de fuego, aprendí a caminar descalza sobre clavos de hierro. Ahora mi creatividad vuela contigo, como los aviones surcando el azul cielo. Sobre las maravillosas nubes, sobre el maravilloso velo.
Aun echo de menos todos esos cuentos que tenías para contarme, más tristes que los de García Marques, aquellos que me contabas durante horas sentados en el parque. Echo de menos verte cocinar, sintiéndote un chef. Echo de menos mirarte a los ojos acariciando tu morena tez. Echo de menos esperarte hasta salir de trabajar, sentir que hueles a perfume una vez más y reir porque nunca jamas te podías despeinar.
Se que siempre estás conmigo, que puedes verme incluso en la oscuridad, sin tener que usar linterna. Se que eres tú quien sopla las nubes grises para que tenga un buen día y que puedes comunicarte por telepatía. Se que aun me cuidas y que por mi le sacarías una buena sonrisa hasta a la Mona Lisa.
Quiero que sepas que aun eres mi Rey, aunque ya no quede reino para gobernar, pero ¿Que pena de amor es ese con el que la vida puede acabar?

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