lunes, 1 de febrero de 2016

Hagamos el amor.

Hoy solo me apetece tomar tu piel. Tu tacto, tu forma. Quiero observar con la oscuridad de mis ojos tu olor a hombre. Oler tu sabor a miel. Quiero saborear las curvas de tu cuerpo. Y sentir con mis manos tu belleza. Quiero crear sinestesia, pues para mi, follarte es más que un arte. Necesito más de cinco sentidos para pecar contigo. Necesito un tiempo infinito ya que una vida entera se me hace corta para estar a tu lado. Hablo de lujuria a la vez de amor, harta del maldito reloj y de toda condición. Necesito sentir como se pierden tus dedos entre mis piernas, desapareciendo en la nada de mi interior. Vacía, si no encuentro tu amor y solo sentimiendo de pasión. Quiero una combinación. Repleta de ambición.
Imaginanos, solos, en una habitación, compartiendo colchón. Ropa fuera, todo sobra. El roce de la tela me incomoda. Observame, desnuna ante el brillo de un sol radiando desde la ventana. Las sabanas blancas, en señal de la pureza que falta. Mi pelo alborotado enredandose entre tus manos, esas que rozan mi nuca. Te miro a los ojos, me muerdo los labios, con deseo de probocar una guerra entre tu boca y la mía. Como arma usaremos la saliva. Tan jugosas, dos lenguas activas. Baja tus manos, rozando mi pecho, por favor, quiero atravesar el techo. Alcanzaré el cielo en cuanto términes de rozar mi cintura. Si, baja del ombligo, quiero hacerlo contigo. Aquí, ahora, es el momento. El placer invade mi cuerpo. No puedo evitar el impulso, mis dientes muerden tu boca. Te vuelves totalmente idiota. Te caes en la cama, me lanzo encima. Me arrimo sigilosa. Mi lengua roza tu cuello, baja reptando, sintiendo los pelos de tu pecho. Oigo tus latidos. Tu respiración frecuenta bajando por tu ombligo. Al fin he llegado, ahora no paro. Cada vez más dura. Más me gusta. Juego, me divierto. Te miro a la cara, asi me alimento. Sientete un Dios por un momento.
Vamos a gozar del tiempo. Barbilla con barbilla de nuevo. Como una leona muerdo tu cuello. Caliente me encuentro, mi piel ardiendo como fuego, a juego con el color de mi pelo. Cabellos al viento, tras el trote y el galope. Que se note fuerte el roce.  Agarrame las nalgas, ahora relaja. Sube tus manos a mi espalda. Incorporate, besame, siente mi piel. Besame los pechos, muerde ese pezón. Verdad, es tentador. Caerás de nuevo en la almohada tras mi presión. Me encanta ver tu cara. Tus ojos casi cerrados, tus labios amoratados ¡Muerdelos de nuevo! De pronto un arrebato. Me toca estar abajo. Hazme tuya, soy sumisa. Mis manos se paralizan. Tu boca baja. ¿Te gusta el fruto prohibido? Saborealo, disfrutalo mientras nos deje el reloj. Que no hay prisa, solo se me escapan sonrisas. Siento como el vello se me heriza. Apretando con mis piernas, anudandome en tu cuello. Acaricio de forma bruta tu pelo, la fuerza se me escapa entre mis dedos.
De nuevo subes a mi altura. Bien, ponla dura. Se que quieres más, pides más. Como un niño, quieres jugar. Pues juega, te dejaré ganar, se que lo harás. Cambia el ritmo, cambia el tiempo, pero sonrieme, dame un beso lento. Ahora da fuerte, da duro, mientras te agarro del culo. Mis gritos aumentas, los orgamos tus oidos revientan. Acelera y llega al extasis, alcanza el climax. Tu polla al cielo me arrima.
Tumbate a mi lado, nos hemos calmado, la libido canalizado, se ha acabado.

-Te quiero- oyen mis oidos. Fin del ruido.

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