domingo, 20 de marzo de 2016

Ahogada.

Sintiendo vacío desolador en mi cuerpo, a falta de tus suaves labios, de tus dulces besos. Perdida en la incertidumbre de cuando más te volveré a ver, y durante cuanto. Que lo efimero puede hacerse eterno en tan solo un segundo. Al igual que puede evaporarse como el agua de lluvia de este marzo ventoso.
Hundida bajo la oscuridad ante la falta de ti. Aqui todo es seriedad, severidad, formalidad, sensatez. Enlazado a la tristeza, pena y melancolía a falta de la musicalidad de tu risa. Esa que proporciona calma y consuelo, esa que parece hacer que todo sea bueno. Risa infantil, de niño bueno.
Ahogada entre lluvia, viento y mal tiempo. Ahogada en un mar de “te quiero” perdidos.

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