lunes, 7 de marzo de 2016

Amor Modernista.

Busquemos la belleza como en el modernismo, bajo el cielo Azul de Ruben Darío. Manifestemonos en arte, política y religión. Quizás nuestro pequeño momento de auge sea breve pero será de importancia.
Influenciemonos en el parnasianismo buscando por encima de todo la perfección formal, alejemonos de la realidad de nuestra época, creando otra alternativa donde solo importe la belleza, la serenidad y la armonía, las líneas puras y escultóricas. Como ya Gautier decía, hagamos un arte por el arte.
O por lo contrario, sigamos el simbolismo, evitando todo aquello que se pueda percibir por los sentidos. Huyamos hacía el mundo de los sueños y los símbolos como Mallarné y Velaire.
Pero llevemos una vida a corde con nuestro arte, una vida bohemia, despreciando el sentido comercial y burgués.
Dejemonos sucumbir ante la desazón romántica, sintiendo la soledad de una tarde otoñal, la melancolía de una noche con luna llena, el desengaño bajo lo crepuscular.
Escapemonos sin límites geograficos ni temporales.
Nos recrearemos en el cosmopolitismos, nos sentiremos ciudadanos del mundo, abiertos a todo lo nuevo. Junto a un amor imposible, repleto de sensualidad y erotismo. Nos esconderemos en Latino América, en pueblos hispanos, real tierra de indigenas.
Que juntos no sentiremos las Soledades de Machado, sin estar atrapados en una disconformidad social en los Campos de Castilla podremos trasmitir lo sublime de un paisaje desmaterializado e idealizado. Podras crear grandes poemas, mi poeta, podrás cantarle a tu “Guiomar” Nuevas Canciones.
Como Juan Ramón Jiménez, podremos crear poesía pura, la estética del silencio. Nos refugiaremos en Jardines Lejanos y asi cantar Baladas de Primavera la cual será nuestra Estación Total gracias a tu Dios deseado y deseante. Podremos gozar de nuestro Espacio.

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