domingo, 3 de julio de 2016

Quinto sueño.

Dicen que si mueres en un sueño mueres en la realidad. Al dormir, tu cuerpo descansa, a veces hasta tal punto que tu corazón desacelera. De forma estimulante, tu subconsciente manda sueños en los que estás apunto de fallecer, por ejemplo, el más común pueda ser, caerte desde algún precipicio. Cuando estás apunto de morir, el cuerpo reacciona y abres de nuevo los ojos, si no es así, puede provocarte un infarto.

Esta vez me encontraba en una enorme pradera verde, color esperanza. Hacía un tiempo perfecto, y respiraba perfectamente azul clarito. Yo paseaba tranquila, vestida con ropa de campo, con mis vaqueros cortos y mi camiseta roja de cuadros. Tenía el pelo de mi color natural, y llevaba un lazo para semirrecogerlo. Uno de mis mejores amigos paseaba a mi lado. De pronto, justo enfrente nuestra una enorme valla separaba aquel prado en dos mitades. En la otra mitad, todo estaba seco, los arboles no tenían hojas y el cielo estaba nublado. Tras la enorme valla, habían muchas más, pero más pequeñas. Pensaba justo dar la vuelta, cuando de pronto oí tu voz gritando mi nombre. Giré rápidamente la cabeza, y te vi allí, a lo lejos. Con aquel abrigo oscuro de pelitos por dentro y aquella gorra puesta hacia atrás. Saltando valla por valla. Jadeante y asfixiado. Estabas llegando al sitio donde me encontraba justo cuando me gritaste.
-¡Corre Inma, salta la valla! ¡Esa no puedo cruzarla, pero tu si! ¡Corre, date prisa!
Sin pensarlo dos veces, me agarré corriendo de aquellos alambres, tratando de saltar. Pero el amigo que estaba a mi lado me agarró del brazo corriendo.
-¡Suéltame!- Le grité.
-¡No puedo soltarte Inma, si cruzas no podrás volver!- Aquello en aquel momento no me importaba, te veía corriendo hacia mi, y no pensaba más que en abrazarte, que poder estar juntos eternamente. Entonces le dí un manotazo, subí hacia arriba del todo. Tu estabas abajo, con los brazos extendidos preparado para cogerme. Me lancé sin pensarlo y justo antes de caer en tus brazos...

mi cuerpo reaccionó, mis ojos se abrieron y de un impulso me levante hacia delante.

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