jueves, 15 de octubre de 2015

Sirenas.

Incautada por el poder de la palabra, recreada en la metáfora, cai en la cuenta. Solo fui tu sirena, la cual te hechizó en belleza, en arte, en vida. Decidistes tirarte al agua, yo te abrí las puertas de mi infierno, deje que gozaras de mi, de mi cuerpo. Me deje ser retratada, nunca fotografiada. Deje que vieras mi mundo, mis marivillas. Viste el sueño de poder salir de mi circulo, de poder correr, de poder respirar aire puro. Viste mi sufrimiento, trate de enseñarte toda mi alegria. Olvidé que debias volver a tu isla. Te tome como prisionero entre mis corales dejando que te asfixiaras en mis aguas infinitas. Finalmente, escapastes, destrozando mi mundo, dejandome rota, desilusionada. Muerta, pero de odio y de rabia.

A ti solo te importaba tu princesa.

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