martes, 26 de abril de 2016

Ya hace un mes que no nos vemos, que no compartimos abrazos ni besos, ni historias, ni versos. Hace un mes que juntos ni reimos ni lloramos. Que no oigo tu risa, no noto tu alegría. Echando de menos tu alegre forma de ver la vida, tu forma de pensar lo bonita que es la puta realidad.
Y es que si ti desaparecen mis ganas de vivir, mas por ti debo resistir. Pues sigo enamorada de tu linda forma de sonreir, de cada una de tus ideas, pues mi cordura fue gracias a tu locura, tus ansias de libertad, tu energía a la hora de cantar, tus bobadas hasta más no parar. Me enamoré de tu inocencia y tu niñez, tu gracia y chulería, tu responsabilidad a la hora de ponerte a trabajar, tu afán de protección, y ese don. El don de hacerme reir por todo. Era un no parar, risas por aquí, risas por allá... Y que poco dura la felicidad.
Solo ganas de llorar rondan mi cabeza, desde que te fuiste solo me quedan incertezas. Debil, fragil, rota, inservible. El mundo se volvió gris y triste. La tierra dejó de girar, paralizada, sin avanzar. Desaparecieron mis sueños, tranformados en horribles pesadillas. Si tu protección, sin tu apoyo, sin tu brazo sobre mi hombro. Perdida en un mundo absurdo y sin sentido. Un mundo frio bajo el cálido sol de abril.
Me hiciste vivir la historia más bonita que cualquiera pudiese imaginar, historia que jamás pienso olvidar. Te acomodaste en mi pequeño corazón de seda, creando un refugio donde siempre encontrarás la paz. De él, nada ni nadie te podrá echar, ahí podrás seguir viviendo con toda libertad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario