lunes, 4 de abril de 2016

Te haré vivir.

Quizás tu interior fuese un mero engranaje de musculo y hueso. Simple anatomía, con organos sin función alguna. Solo carne que en tiempos mejores se pudo gozar. Simple y sin más.

Te fuiste con el aire, transformado en un recuerdo. Recuerdo feliz, repleto de risas continuas. Fuiste unas cosquillas constantes de las cuales nunca busque su fin. Ahora solo me queda el cerrar los ojos e imaginar que aun sigues aqui. Porque aun siento tu calor por las noches, siento tus brazos rodeando mi cintura protegiendome de todo mal que me rodea. Eres la luna llena que alumbra mi camino cuando llega la oscuridad y lo tenebre.

Decías que querías llegar a la luna y ahora vives en ella. En lo más alto de la gloria. Y allí me esperarás hasta el final de mis días. Los cuales deseo que lleguen con fuerzas para volver a verte y poder compartir contigo mi tiempo de forma eterna. Ya no le temo a la muerte, más si al dolor de los que a mi me rodean.

Así mientras seguirás vivo en mi arte. El arte que crean mis palabras, el arte de mis letras, el arte de cada una de mis pinceladas, el arte de cada click en una cámara. Pues todo el camino de vida que me espera será dedicado a ti. Seguirás vivo en mi recuerdo, en mis fuerzas, y mi afán de seguir. Seguiras vivo en cada sueño que tenga por las noches, en cada suspiro. Por su puesto, en cada latir de mi estupido corazón.

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