miércoles, 25 de noviembre de 2015

Siempre estuvo podrido.

Mi relación con el siempre estuvo podrida, repleta de gusanos que comian mis entrañas. ¿Que haces? ¿Que haces con ese vaso? ¡Aah! Sonaron los cristales estallar. Borracho se largaba, gritando las peores cosas que a una mujer se le podrian gritar. ¡Se lo dire a tu familia! ¡les dire lo que eres! Amenazaba. Sabiendo que el mayor daño no era conmigo, sino con esas personas que más me importaban. Yo no fui mala, tuve valor. Estaba enamorada, me veia capaz de cambiar aquello. Me consolaba pensar que nunca me habia hecho daño físico, sin embargo, me alejé de mis amigos por miedo de que a ellos si les afectara. ¿Por qué subes fotos con él? Decia. ¿no ves que todo el mundo habla de ti? Decia. ¿no ves que quedo yo mal? Volvia.  Tras tantas desilusiones y tanta pesadumbre, una vez tuve el valor de alejarme. Recordaba mi vida pasada, no es que hubiese tenido nunca muchas amigas, pero las tenía. En ese momento, sin embargo, no encontraba a nadie en quien confiar, un hermano aunque no de sangre, me enseño poco a poco a hacerme valorar. Yo estaba tan enamorada que a nadie queria escuchar y por toda la soledad que me inundaba, me volví a fallar. Como en un tiovivo, aquella historia volvia a girar. Él me hizo pensar que estaba cambiando, en cambio descubrí que solo me estaba engañando. Trataba de comprarme a base de regalos, haciendome creer que estaba sola y que solo él estaría a mi lado. Que ilusa yo, dejando que robara mi corazón, que canalla el, guardando todo para su aren. Asi y todo el infierno proseguía, si no hacíamos el amor, insistía. «¡No me hagas venir aqui para nada! ¡No me gusta esa película! ¡me estoy aburriendo y encima te quedas dormida!» yo solo soñaba con una noche tranquila en su cama, pizza, cine y que él fuese mi almohada. No critico el sexo, en una pareja, si se quieren que se amen. Recalco, si se quieren. En su caso yo no veia amor, solo obsesión y locura y aquello a mi no me hacía sentir segura.
Nunca me entendía porque directamente nunca me escuchaba. Siempre tuve un amor de verdad, se llamaba Arte. Siempre fue mi sueño, nunca le vi apoyarme. «Ven a la exposición conmigo» le pedí. «alli nada más que hay raros» respondía. ¿No lo entendía? ¿Pero que hay de raro en ser artista? Lo más gracioso fue cuando él me pidió a mi que fuese a verle con sus hobbies y le dije que no. Poco a poco, todo fue a mayor, si no le escribía buenos dias se ponía peor.
Cansada de aquello traté de parar el reloj, ese que contaba nuestros días, él por malas lenguas se enteró. «¿crees que sola estarás mejor? ¡no tienes a nadie mejor que yo! ¿no lo ves? Tus amigas no son lo que crees que son.»  bajé del coche decidida, cansada de reproches y mentiras. A la larga comencé a darle la razón. Sola, lloraba todas laa noches en mi habitación. El vacio inundaba mi cuerpo explotado por sus recuerdos. Aun creia que juntos podriamos acabar con ese infierno. Dicen que la esperanza es lo único que se pierde y yo quise verlo todo verde. Volví a él por mi propio pie, pues decidida estaba a volver a caer. El ser humano tropiza dos veces con la misma piedra, yo tropecé por diez. Sin embargo, en aquel teatro ya nada se podía creer. Fuese la escena que fuese ya sabia lo que iba a suceder. Me sabía su dialogo al dedillo. Tantos chantajes emocionales le funcionaron... Yo tan buena siempre estaba a su lado. Pero ahora ya me he cansado. Me costó pero aquello ya está superado. Vi que el infierno no era estar sola, era estar a su lado. Descubri que nunca estuve realmente sola, siempre tuve una familia a mi lado, familia que por mucho que intentasen no nos habrían separado. Aprendí a quererme a mi misma como nadie me ha querido. Ya no sufro por un ser tan malvado. Asi pues, ya sabeis, disfrutad vuestros dulces dieciséis, que ningún canalla os de menos de lo que mereceis.

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